En un escenario único, ante la majestuosidad del retablo de la Catedral Vieja de Salamanca, se celebró la Eucaristía de Acción de gracias en torno a la imagen del Santísimo Cristo Yacente de la Misericordia. La vigorosa imagen de Enrique Orejudo volvió a ser, como ya ocurriera un 17 de marzo de 1991, principal protagonista en una celebración presidida por el Obispo de la Diócesis de Ciudad Rodrigo, Monseñor Cecilio Raúl Berzosa Martínez.

La Eucaristía congrego a un buen número de Hermanos que, acompañados por representantes de la Junta de Cofradías, Hermandades y Congregaciones, con su presidente a la cabeza, y por representantes de diferentes Hermandades salmantinas no perdieron detalle de una entrañable celebración.

Mons. Cecilio Raúl Berzosa Martínez aprovechó la ocasión para remarcar cuál es el sendero que han de seguir los cofrades en su caminar individual, y también para el caminar de la cofradía en su conjunto. Además, exaltó la decisión del Papa Francisco de declarar el Año Jubilar de la Misericordia que comenzará el próximo 8 de diciembre algo que viene a coincidir con el aniversario del Cristo Yacente de la Misericordia y que ayudará a ensalzar la imagen en este año tan especial.

Al término de la Eucaristía se recordó a los hermanos que portaron la imagen del Cristo Yacente de la Misericordia en el año 1991, obsequiándoles con un recuerdo de un día tan especial para la vida de una cofradía.

Por último, la imagen del Yacente fue portada a hombros por sus hermanos hasta la capilla de la Virgen de Morales, en la Catedral Nueva, en unas sencillas parihuelas con cuatro velones de cera natural.