Texto: Roberto Sánchez Fotografía: Roberto García Un año más, el domingo de Pasión en Salamanca tuvo como protagonista al Cristo de la Agonía Redentora. Un año más el crucificado, con la excepción del pasado año, regresó por unos minutos al Coro de la Catedral Nueva de Salamanca.  A las seis de la tarde partía, desde la capilla de Nuestra Señora de la Verdad, el sencillo cortejo con la talla de nuestro titular acompañado por dos campanas, una cruz guía escoltada por dos ciriales, y un tambor que marcaba el caminar de la imagen por el interior de los muros catedralicios. Una vez llegado al Coro y bajo la atenta mirada de los allí presentes, el que ya fuera Poeta ante la Cruz, José Amador Martín, presentó a Soledad Sánchez Mulas, encargada de pronunciar los versos ante el Cristo de la Agonía Redentora. Un acto en el que, con el brillante acompañamiento del Coro Francisco Salinas, Sánchez Mulas recorrió la Pasión de Cristo con su “Agua Desnuda”. Agua de lágrima en el encuentro de Jesús con las mujeres de Jerusalén. Agua de lluvia en la crucifixión. Agua que limpia los pecados de los hombres. El punto final de este acto llegó con el traslado del Cristo a la capilla de Nuestra Señora de la Verdad, desde donde partió. Otro domingo de Pasión más, volvió a repetirse un acto emblemático de la Cuaresma salmantina. |