Emblema conmemorativo del 25 aniversario Sant?simo Cristo Agon?a Redentora Real Cofradía Penitencial de Cristo Yacente
de la Misericordia y de la Agonía Redentora
Sant?simo Cristo Yacente de la Misericordia
13/04/2012
Otra madrugada de indulgencia ante la lluvia
Crónica de la procesión de este año por Abraham Coco Barajas

Cuando peor parecía el pronóstico, la lluvia volvió a esconderse. Se fueron las nubes para que el Cristo de la Agonía Redentora viera la luna por vigésimo sexto año consecutivo y para que el Yacente de la Misericordia llevara a las calles de Salamanca la esperanza de la resurrección del tercer día. De nuevo, nuestra cofradía testificó desde Anaya a la Isabeles en la madrugada del Jueves Santo cuál es el mensaje de salvación.

Imagen de la procesión 2012Era la primera vez que el alcalde Alfonso Fernández Mañueco reclamaba silencio a los salmantinos desde el atrio catedralicio. Después, el obispo Carlos López invitaba a los cofrades a permanecer en idéntica actitud durante el recorrido. Comenzaba entonces un itinerario de sonidos evocadores y repleto de público: el sonido de las campanas para anunciar nuestra llegada, las esquilas de los directores de procesión, los tambores y cada nota de los instrumentos de viento de la meritoria agrupación musical que ambienta con su banda sonora nuestro deambular, las horquillas golpeando el empedrado.

La ausencia de luces en Tostado volvía a darle ese tono especial de recogimiento y lo mismo sucedió en San Pablo, hecho oscuridad por algún fallo eléctrico. Contrastaba con el resplandor de la Plaza Mayor, que encadenó La Saeta antes de que el Crucificado descendiera al plano inclinado para salvar el arco del Ayuntamiento. Y de nuevo más sonidos: el de las voces del coro. También para acunar al Yacente más compasivo.

procesion 2012

 

El saludo del sacerdote abría la Trilogía de lo Pasión, donde resonaban los versos del poeta José González Torices y la oración de nuestras monjas, que abandonaban unos minutos su clausura para recibirnos. Al encerrarse de nuevo, rezaron juntas a Santa Clara porque el cielo comenzaba a nublarse. Ante la previsión cercana de chubascos, con manejo taimado del tiempo, apresuramos el regreso. Aceleramos nuestro caminar y a las 3.30 horas volvíamos al interior del templo. En ese momento ya podía llover.

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